domingo, 4 de octubre de 2009

Hombres, mujeres y otros animales de granja

Otra semana más les damos la bienvenida al Blog con la firme intención de hacer funcionar sus músculos, ya sean los de risa, los que hacen funcionar la materia gris o los del estómago y la mala leche, como es el caso que nos ocupa hoy.

Antes de comenzar damos la bienvenida a las nuevas incorporaciones y a un señor de Cuenca que el otro día buscaba porno y dio con nosotros... "no follé pero me alegró ver que hay gente tan loca como yo" dijo.

A todos ellos y a los que nunca fallan les deseamos muy feliz mes de octubre con especial cariño a los que estos días andan más flojos (Javito, Mama Pato, Montes,  Desubicada, Tuti, Alcalde Gallardón… esto va por vosotros)

Una de nuestras nuevas incorporaciones es pastelera/confitera, así que regocíjense pensando en la de recetas ricas que me pasará en plan secreto y luego yo haré públicas traicionando su confianza. No le gusta que le llamen cocinera y yo lo respeto, pero todo el mundo sabe que el que trabaja en una cocina es un cocinero/a, sea cual sea el plato del menú al que se dedique.

En fin, con eso de la nueva incorporación me han venido a la nariz las razones por las que arrancamos esto del Culturillas hará 6 ó 7 años.... ligar, o más concretamente, enseñar a ligar a otros (a mi no me tiene que enseñar nadie nada!)

La base del "culturillas" original (así se llamaba el primer blog) era enseñar cocina para torpes a un montón de animales con el fin de utilizar esos conocimientos para las artes del ligoteo. A la cocina se sumaron los conocimientos básicos sobre arte, cine y literatura, además de "la frase del día" que daba el toque filosófico a las recetas.

Con todos esos ingredientes un animal de bellota cualquiera podía cocinar una Quiche con cebolla confitada y rematar con un postre delicioso mientras comentaba la obra de Duchamp o recitaba alguna frase de Groucho Marx. Gracias al Culturillas toda una generación de incomprendidos encontraron el amor y, lo que es más importante aún, perdieron la virginidad.

La cosa degeneró un poco y esto ya no va por esos derroteros. Hace 7 años los médicos aún no me habían detectado “Personalidad múltiple con delirios homicida paranoides” ni había pasado por la cárcel. Hoy en día estoy obligado por el juez a realizar terapia semanal y la amenaza de ser internado de nuevo me obliga a escribir todos los domingos un mínimo de 800 palabras (cuando escribo más es por puro vicio)

No obstante, hoy me siento nostálgico y me he planteado si, realmente, la cocina es un medio para el ligoteo o es leyenda eso de que un hombre con delantal liga cantidad.

La única razón que puede llevar a un hombre a cocinar es el ligoteo. Eso o que es Gay. No quiero decir con eso que Ferrán Adriá sea gay.... pero si no lo es, sus intenciones son claras.... follar!! ... o ganar mucha pasta!!! (esa es una tercera razón)

“La cocina nunca ha sido territorio de los hombres, no va con su naturaleza.”

....

He dejado un poco de tiempo para que se indignen a gusto con mi comentario y ahorita mismo lo explico.

Para llegar a tamaña conclusión no hay más que fijarse en los hombres y las mujeres en general. Por un lado la mayoría de nosotros hemos crecido en la España pos dictadura en la que nuestras madres estaban cocinando todo el día. La mía llegaba del trabajo y se ponía a cocinar porque, lamentablemente, es lo que había mamado desde pequeña. Sí es cierto que nuestros padres echaban una mano y que hoy por hoy las cosas han cambiado, pero en el caso de nuestros padres su colaboración se limitaba a pelar patatas, cortar cebolla o freír un huevo, es decir, hacían de pinches. Y en  lo que respecta a la sociedad actual… las cosas han cambiado, pero no tanto. Cojan 10 hogares de parejas jóvenes al azar y tendrán una buena estadística al respecto.

La frase que solté antes, con toda la mala ostia del mundo, tiene su parte de razón. La cocina requiere de su mimo, su cuidado y su dedicación. Cocinar es como cuidar una planta, tocar un instrumento o escribir un libro, se hace despacito y sin prisas, esperando que los resultados lleguen poco a poco.

Por lo general los hombres somos infinitamente más impulsivos, y buscamos un proceso de acción reacción inmediata, por lo que la cocina no nos satisface lo mismo que gritar a un arbitro, fanfarronear o golpear una pelota en calzoncillos. La cocina que practica el hombre, siempre en valores generalistas, tiene más que ver con una pizza, un perrito caliente, freír un huevo o cosas por el estilo. Es cocina sí, pero tiene un carácter mucho más inmediato e impulsivo.

A mi juicio, ese tipo de cocina tiene poco que ver con COCINAR y es por lo que creo que es un territorio que aún se nos escapa a los hombres.

Que hombres y mujeres somos diferentes es un hecho que nadie puede poner en duda. El hombre es más de correr, y la mujer de pasear. Seguramente tiene mucho que ver con costumbres aprendidas y comportamientos sociales que hay que ir erradicando generación tras generación. Pero también puede influir que somos, a fin de cuentas, animales que tras un proceso evolutivo desarrollamos una inteligencia superior a otros seres... pero a fin de cuentas animales.

Como los animales, igual tenemos esa configuración genética que nos da ciertos roles dentro de la manada, de la pareja. Roles que podemos desaprender pero que vienen de fábrica. Lo masculino es la acción, el impulso, el vértice, lo vertical. Lo femenino es el sosiego, la reflexión, la curva, la horizontal.

Releyendo lo anteriormente escrito me pregunto “cómo se me ha ocurrido meterme en tamaño berenjenal!!”, cuando lo que buscaba era meterme con un hombre en la cocina y la torpeza que muestra, o cómo cuando un hombre cocina lo tiene que propagar a los cuatro vientos, como la gran novedad y la gran virtud. Sea como fuere las ideas tienen estas cosas, que en ocasiones fluyen solas.

Si bien alguno de mis comentarios ha sido realizado con el fin de provocar en ustedes una reacción no me cabe duda que la cocina, tal y como yo la entiendo, tiene todo que ver con pasear, escuchar y componer.

Una receta que hoy mismo he hecho y aún no les había dado.

CREMA FRIA DE MELÓN Y LICHIS

1 melón maduro.

1 lata de lichis en almíbar / o pera en almíbar

Taquitos de jamón y hierbabuena

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Vaciar el melón en un cuenco y mezclar con los lichis, añadiendo además la mitad del almíbar.

Batir todo hasta lograr una crema homogénea. Si se quiere más o menos espesa jugar con el almíbar que se añade.

Enfriar en la nevera. Ha de servirse bien frio, en copa de helado o cava con taquitos de jamón serrano y unas hojitas de hierbabuena.

En sustitución del Lichi puede usarse pera en almíbar. El gusto y resultado es muy similar.

Aquí lo dejo antes de que vuelva a meterme en más líos. No dejen de escribir sus opiniones sobre hombres y mujeres. Me interesa sobremanera sacar alguna reflexión al respecto para el librito en proceso. Su minuto de fama está cerca.

Como siempre les recuerdo que todo pasa para mejor y que siempre, siempre, las cosas son del color con que las miras. Hagan como los críos y planteen los retos rellenando pequeños huecos con ceras de colores. En menos que dicen Constantinopla habrán dado color a su vida.

Ala, a mancharse las manitas de azul!!!

PD: alguno de los primeros suscriptores del “culturillas” original igual guardáis los correos. Quiero recuperarlos para poner alguno. Si los guardáis hacédmelos llegar.

3 comentarios:

aguiwaka dijo...

Lo curioso es q el 99% d esa teoria de hombres y mujeres deriva d una tesis doctoral d principios del siglo xx sobre las diferencias entre lo organico y lo geometrico (referido a decoración).

Veinte dijo...

bueno, no creo que venga de una tesis... supongo que un señor muy listo y guapo (como todos los Doctores) lo puso por escrito, pero las atribuciones de género dadas a las formas geométricas viene de más atrás.
He dicho
PD: el fin es que sueltes una frase sobre hombres y mujeres... y que te bajes este findesemana.

Isaac Ruperez dijo...

He de decir que en las nuevas generaciones la cosa esta cambiando muchísimo. Conozco muy buenas cocineras, pero pocas de ellas bajan de los 30 años, algun excelente cocinero mayor de 40 (pero casi siempre de una sola receta). Esto va a acabar siendo algo unisex, habra buenos cocineros y buenas cocineras por igual, pero al conocer a alguien siempre te quedara la incertidumbre de si esa caldereta sera lo más delicioso que probaras jamás o una masa marron que desearás que pase cuanto antes sin excesiva dificultad. Mira a ver si de ahi sacas una frase decente. Un saludete