domingo, 1 de febrero de 2009

Lugares

Antes que nada quiero hacer mención a una nueva sección que aparece en la barra derecha de vínculos. Es una sección de videos que nace a raíz de una conversación con Alfonso y Alba, en la que me enteré de que no habían visto “Amanece que no es poco” y “The rocky horror picture show”. Horrorizado decidí que había que instruirlos en la fe del cine y como una cosa llevó a la otra en lugar de un vídeo he puesto trece. Bueno, iré actualizándola gracias en parte a lo que Javi cuelga en el Facebook y a lo que tengan a bien mandarme.

En fin, al lio.

Estos días ando buscando casa como más de uno ya sabe. La cosa sigue en proceso, aunque mañana espero tenerlo cerrado.

Buscar casa no es una tarea fácil si eres de los que, como yo, le das una especial importancia al lugar donde estás. Lo cierto es que no todos nos relacionamos de la misma manera con el espacio que transitamos u ocupamos en nuestras vidas. Hay ciertas personas que llevan su papel en el mundo independientemente del lugar físico que ocupen en el, ya que su felicidad o infelicidad, sus sentimientos y la manera de vivir la vida, les es ajena a un lugar concreto.

Otras personas, como es mi caso, nos relacionamos íntimamente con el espacio y lo ocupamos haciendo de él una parte fundamental de nuestra alma. En ese espacio nos sentimos arropados, cuidados y a salvo. Son personas que huyen de los “no lugares”, incapaces de habitar entornos ajenos a su persona y que rápidamente ponen la foto de un ser querido en la habitación de un hotel o cuelgan un cuadro en las paredes de la nueva casa. Una planta en el despacho, una figurita en la mesa o un libro encima de la mesilla son fundamentales para apropiarse de un lugar, para hacerlo tuyo.

Quizás sean personas más felices las del primer grupo, ya que su estado de ánimo no se ve influido por un lugar u otro y depende más del amor que llevan dentro. Es posible que así sea, pero desde hace veinte días vengo buscando un lugar donde reposar (suena a muerte) y no termino de encontrarlo. Si aún no lo he encontrado es porque le doy mucha importancia al entorno en el que retomar el viaje. Un cálido suelo de madera, y no estos terribles y fríos suelos de gres que en Murcia tienen tan de moda poner en las casas, o una cómoda cocina, son aspectos que considero fundamentales para la elección de una casa, por no hablar de la presencia de plantas, las paredes plagadas de fotografías y las velas, muchas, muchas velas.

Los hospitales, por poner un ejemplo, son lugares que sigo sin entender. Habrá quien considere que una buena atención médica es indiferente del entorno en el que la recibas. Muchos son los enfermos que pasan por esas frías y desoladoras habitaciones sin encontrar problema alguno y ni siquiera verse afectados por la absoluta deshumanización de los espacios, pero está demostrado que cierta arquitectura y la interacción de un espacio agradable y cálido es beneficiosa para el bienestar de un paciente y de la gente en general. Algunas de las corrientes arquitectónicas más interesantes se dirigen en esa línea de la Arquitectura terapéutica, el espacio como parte de la cura.

Es evidente que no todos reaccionamos a los mismos estímulos, y lo que en mi caso puede resultar terapéutico y agradable no tiene por qué serlo para cualquier otro individuo, pero a grandes rasgos, los estímulos positivos son los mismos para todos. Debemos por tanto hacer de los espacios una parte más de nosotros mismos, extendiendo nuestras raíces y apropiándonos de cada objeto que en ellos encontremos. Llevemos pues, flores a los hospitales, fotos de los seres queridos, música, tele, juguetes o cualquier cosa que nos haga sentir más en casa, más protegidos. Hagamos de nuestra mesa de trabajo un álbum de fotos, pongámosle plantas, el trofeo del “mejor padre”, la taza de “los Simpson” y todo aquello que se nos ocurra o nos resulte positivo. Vayamos metamorfoseando los “no lugares” en lugares, en “nuestros lugares”.

Nada más, sean felices.

A mi dulce Desubicada que está malita le mando el más cálido de los besos y todo mi cariño.

6 comentarios:

aguiwaka dijo...

Es curioso... "buscar una casa que hacer tuya"... "buscar un espacio que hacer tuyo"... ¿Por qué no buscar un amigo o una mujer que hacer tuya?.

No haces tuyo un espacio, el espacio te posee (y tu mismo lo posees). Creo que la mejor definición es un proceso biológico/químico, la ósmosis.

No posees... ni te poseen... Dejas tu esencia en el lugar y el lugar deja su esencia en ti. El espacio va poco a poco entrando en ti, haciendote suyo, y tu vas entrando en el espacio y haciendolo tuyo. Cada uno le da su esencia al otro.

¿Y los hospitales? No son frios, no son desoladores... solo tienen la esencia de todo el mundo q ha pasado por ahí. Es como una ciudad... no es de nadie porque es a la vez de todo el mundo (no como un pueblo).

Aquellos que siempre se hayan encontrado bien en lugares desconocidos, que no les importe que el lugar los atrape y atrapar ellos el lugar, no se sentirán incómodos en el hospital. Un niño, por ejemplo. Aquellos que odien que los lugares le atrapen, aquellos que tengan miedo de quedarse, de absorber la esencia de un lugar que no sea el que ellos consideran suyo, odiaran los hospitales.

¿Por qué entonces un espacio lo consideras más tuyo que otros? Porque tiene restos, tiene elementos, esencias dejadas por otros parecidas a las tuyas... y eso te hace sentirte cómodo porque reconoces esas esencias...

Es como empezar una amistad... Cada uno va dejando su poso en el otro. Cuando conoces a una persona con ideas, con "esencias" afines, te sientes cercano a él/ella (a su espacio). Cuando conoces a alguien que no lleva ninguna esnecia encima parecida a las tuyas, o lo rechazas, o empiezas a conocerlo y a compartir esencias.

Al final, tu búsqueda de un lugar, de una persona, se resume en una actitud negativa o positiva... o quizás únicamente en un cansancio del alma... Volver a tener que pasar por todo el proceso de intercambio de esencias es muy cansado, y es muy laborioso... y pudiendo encontrar un lugar que ya posea ese "puctum" (jaja), ¿por que luchar innecesariamente?.

De todas formas, da igual... Vas a decir que no lo he entendido :)

Veinte dijo...

sí lo has entendido, pero chico.... si yo soy pedante, que lo soy a rabiar!!!! tu te esmeras por superame.

Por lo demás poco que decir, que te quiero mucho como la trucha al trucho, un amor fraternal y nada homosexual y que cuando te pones así de serio es que me excitas mogollón!!!

Cuenta conmigo para ir a ver el Rocky Horror en Madrid, dame día y hora.

a ser felices!!!!

aguiwaka dijo...

No voy a poner más post, q yo he venido aqui a hablar de mi libro!!! :)

Veinte dijo...

Chico, si dejas de poner cosas me quedo sin vidilla en el blog. Piensa que sólo pones tú cositas, de vez en cuando Desubicada (pero como ha estado malita no le contamos la falta), Alfonso que hizo un día un amago (de calidad pero un amago), Penélope (también con amagos esporádicos) y Jero (que está desaparecido supongo que buscando la Wii que me va a regalar)... sin tí, y tu pedantería este cretino que soy se sentiría muy solito. No nos dejes!!!

A Carmen también le digo que para ser lectora asidua unas líneas se podía currar de vez en cuando!!!


No se olviden de sonreir!!!

Alfonso dijo...

Sí señor, una oda a la personalización. Creo que en el tema de la casa, es casi inevitable que acabe siendo “tu” casa, porque los cuadros los colgarás antes o después, sea tuya o de alquiler. Cambiarás los cuadros, al sillón le pondrás una funda si es de un color chillón y el armario-expositor del salón le cambiarás de rincón. Tu casa será TU casa, y es curioso pero hasta entonces no creo que la sientas como tal.
Es más fácil encontrar los lugares ajenos en los trabajos. Y que los personalices o no depende de tu seguridad en el trabajo o del trato que recibas. Digo “tu” seguridad, no me refiero al hecho del tipo de contrato, sino de cómo te sientas en el trabajo. Si hay buen ambiente y te sientes bien allí, seguro que llevas fotografías y demás escenografía. Pero a veces si tienes que compartir tu lugar de trabajo, tu puesto, tu ordenador, no personalizas el entorno (ni el virtual ni el físico) de igual manera que por las mañanas no me cambio delante de mis compañeros de trabajo. Mi intimidad es mí intimidad. Con un lugar seguro es fácil hacerlo, pero si realmente tienes un no-lugar al que adaptarte, pues eso, tienes que adaptarte de una manera o de otra, pero de igual manera que no me llevo trabajo a casa no quiero traerme la casa o la familia al trabajo, al menos hasta que el trabajo sea mi trabajo.
Los hospitales de hoy en día cada vez se parecen menos a hospitales. Cada vez se parecen más a salas de interrogatorios en los que los médicos te hacen confesar torturándote con extraños instrumentos de mediciones de no-se-qué-cosa. Te sientas en la silla y te sientes incómodo, demasiado frío. Los pasillos largos, como los de la prisión (curiosamente creo recordar que la Arrixaca tiene líneas de color en el suelo para indicarte los colores, como la milla verde a la silla eléctrica). Resumiendo, que me estoy poniendo post-apocalíptico, los edificios cada vez se parecen más a cáscaras, a recipientes o colmenas; hay reunir a mucha gente y hacerla sentir en tránsito, que no se sientan como en casa porque se tienen que ir lo más rápido posible. ¿Por qué si no íbamos a acondicionar sillas cómodas en la sala de espera?
Sí, parece que estoy peleado con el mundo, pero es que nos enfadamos desde que me dijo que le movía el interés, no ya la cabeza o el corazón.
Muchas gracias por los videos, te estoy muy agradecido. El primero de la lista le han quitado por problemas con la productora, pero los demás poco a poco me los voy viendo. Qué grande esa oda a la calabaza!

Veinte dijo...

"Parece que estoy peleado con el mundo, pero es que nos enfadamos desde que me dijo que le movía el interés, no ya la cabeza o el corazó"

Me ha encantado esta frase Alfonso, te la voy a plagiar y diré por ahí que es mía... seguro que triunfo.

el vídeo que no funciona se quitará de inmediato.

Un abrazo fuerte