domingo, 4 de enero de 2009

En ocasiones oigo voces...

Todos tenemos voces que nos hablan desde muy adentro. Amigos imaginarios que imaginan ser reales, conciencias que nunca pierden el norte o complejos que han ido creciendo en la oscuridad de nuestros miedos.

Solemos escuchar a un tipo de voces en concreto, las que evitan que hagamos locuras, que demos saltos sin red. Las que se tienen bien aprendido el código de circulación y nos dan la tabarra para que nos pongamos el cinturón o miremos de un lado a otro al cruzar la calle.

Hay otras voces que se ocupan de que pensemos lo que vamos a decir y callemos muchas de las cosas que querríamos decir. Esa la tengo yo dormida hace décadas, porque siempre digo lo que no debo decir y nunca callo nada. Tengo otra voz que no está muy contenta con eso y se pasa el día recordándome la necesidad de corregir ese problemilla. “Hay que pensar lo que dices y callar lo que piensas” me dice.

Algunas de las voces de nuestro interior son divertidas y locas. Una mañana nos convencen de que agarrar el coche y marcharse para Lisboa es una gran idea y nosotros, que hemos escuchado demasiado a las voces de la responsabilidad, le hacemos caso a su loco plan. Voces que nos animan a cortarnos el pelo al cero, a dejarnos barba, a afeitárnosla, a andar bajo la lluvia sin paraguas, a besar a esa chica.

Esas son las más difíciles de escuchar, porque en el amor las voces que hacen más ruido son las del miedo. Si las escuchamos nunca sabremos lo que ella o el sienten por nosotros. Nunca probaremos sus labios o el olor de su cuello. Esas voces del miedo nos animan a seguir como estamos para no sufrir, para no equivocarnos. A esas voces no hay nunca que hacerles caso, debemos dejarlas sin voz .

Escucha esas otras voces que quieren gritar cuando de amor se trata; las voces del “yo puedo” las voces del “me ha mirado” las voces del “prefiero morir con ella que vivir sin sus besos”... Escúchalas y sentirás que puedes con todo, que el mundo te pertenece y que nada es imposible. No te garantizo que te vaya bien, ni que dure para siempre, pero amigo mío, qué sensación!!!!

Últimamente suenan en mi cabeza voces de consuelo . Me dicen que todo pasa, que el tiempo lo cura todo y que dar dos pasitos para atrás siempre viene bien para coger carrerilla. Una voz me dijo hace poco que tengo un SuperYo muy exigente, lo cual es una verdad como un templo, pero luego, animada porque había escuchado su timbre, la misma voz me dijo que es bueno crecer. Según mi voz, mantengo una guerra con los años y un empeño en no crecer que se traduciría en mi deseo de vivir en Nunca Jamás si es que tan hermoso lugar existe. Según la citada voz, que ya empieza a caerme mal, hacerse mayor, básicamente, mola.

Yo discrepo. Hacerse mayor mola poco, aunque tiene sus alicientes. Y si me dan a escoger yo me quedo con mis voces, mis amigos imaginarios que quieren dejar de serlo y mi ingenuidad infantil. Podemos tenerlo todo en su justa medida, eso está claro, pero el equilibrio no va mucho con los seres humanos y de ahí que la mayoría de nosotros seamos unos desequilibrados.

Lo bueno de estar loco es que uno escucha voces. Los cuerdos no escuchan voces y no saben lo que se pierden. No calles tus voces interiores porque con razón o sin ella te harán un poco más interesante.

PD: Mientras escribo con esta voz, miles de voces inocentes son acalladas por el rugir de las bombas y el odio de los fusiles. En un mundo sin armas y sin odios religiosos los conflictos se resolverían usando la palabra.

3 comentarios:

aguiwaka dijo...

Los amigos.

Son parte de ti, son tu memoria externa, así que son una voz mas de las que tienes, pero disidente y externa a ti, que te hecha la bornca cuando no quieres y opina cuando no quieres su opinión.

¿Y que les pasa como a las memorias y a los discos duros?; a veces, sin saber por que, se pierden... otras crees que las has perdido pero puedes recuperar y viene el servicio técnico de "amigos ST" y te los arregla.

Todo ésto te lo dice una de tus voces externas...

Veinte dijo...

Amigo mío, esas voces no son externas sino internas, porque cuando un amigo te dice algo luego suena en tu interior durante mucho tiempo. A esas voces ya me he referido en general y en particular a una que da mucha guerra. Las voces internas que dejan los amigos son de las más importantes y molestas... como la tuya que gustas de tocar las pelotas tan amenudo.
besotes en el cogote.

Penélope López dijo...

Lo bueno de estar loco o quizas cuerdo es que se vive intensamente y nunca seremos hombres grises deambulando por las calles.
Muchas veces cuando escucho esas voces a las cuales no deberia hacerles caso me veo a mi misma como el uomo da fare "del picolo principe" ese hombre gris que no para de trabajar,y entonces una voz me dice a la porra el hombre gris,y despues pienso en el sol de cada mañana y digo !bien!,y en las noches estrelladas que cubren el cielo y les cuento mis historias de cada dia. (Quizas os parezca pastelona,pero es que sigo creyendo en los cuentos de hadas)