lunes, 8 de noviembre de 2010

Menos mal!

Obviamente, a estas alturas de la vida debería saber de qué va todo.

Obviamente, tendría que haberme aprendido de qué va eso del amor.... pero aún hoy sigo equivocándome y sintiéndome, en estas lides, más perdido que un pez en un desierto.

Obviamente, a estas alturas, debería tener un gran coche, una bonita casa y todo eso que se supone hemos de poseer... pero aún hoy me cuesta llegar a fin de mes, mi coche está más cerca de un desguace que de un concesionario y por piscina uso la bañera.

Obviamente, ya debería tener la sabiduría que me diga cuándo callar y no decir lo que pienso, cuando ser diplomático y cuándo mentir como un bellaco... pero sigo dándome de bruces con "mis opiniones", haciendo amigos por hablar clarito y perdiendo otros muchos por no entender el concepto de diplomacia.

Obviamente, con treinta y cinco añitos a mis espaldas tendría que haber encontrado el equilibrio, eso que nos mantiene siempre caminando entre dos aguas, pero evita que nos mojemos demasiado. No obstante, llevo tres décadas cogiendo resfriados, metiendo los pies en los charcos equivocados y secando los calcetines.

Obviamente, ya con alguna cana, tendría que haber aprendido que hay guerras imposibles de ganar, batallas en las que es mejor no meterse y retiradas que, por buenas, llamamos estratégicas. Pero nunca fui buen alumno en esta escuela y me he pasado los años prisionero de mis enemigos, perdiendo batallas imposibles y atacando molinos de viento.

Obviamente, a estas alturas, debería ser una estrella del rock, un gurú, un sabio en lo alto de la montaña, iluminado por el conocimiento, controlando las reglas del juego y sabiendo lo suficiente de esta vida...

... pero nunca fui bueno en los juegos.

A estas alturas, sigo sin saber nada de nada. El amor siempre me hace trampas, las posesiones se van por mil agujeros, la boca la abro demasiado en lugares que piden silencio. Ando con gripe, siempre mareado y sigo peleándome con mi reflejo en los charcos.

Aprender... no he aprendido mucho y aún queda muchas lecciones por ver.

Menos mal.

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