miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ella

Ella es hermosa. Su pelo rubio resbala por su espalda y coqueta, me mira por encima del hombro.

Es mentirosa. Dice siempre decir la verdad, pero miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa. Mentirosa de tersos pechos y curvas atrayentes.

Es profunda. Ahora su pelo es negro azabache y corto, no mucho pero sí lo suficiente para enmarcar esos profundos ojos que me miran, invitándome a ver más allá de lo que en un principio hay. Quiere hablarme de su pasado, de lo que fue y ya no es, de lo que espera ser para mí.

Es etérea. Como lo es su recuerdo y el de su blanca piel y su melena roja. Como lo es la vida al otro lado del cristal estos días de invierno. Un borrón en mi memoria que sólo alcanzo a adivinar cuando el mechón que me dejó reposa entre mis dedos.

Es celosa. Y quiere más de mí. Pide constantemente que le de mis caricias, mis miedos y mis anhelos. Lo quiere todo de mí y nunca saciará su hambre. Es una devoradora de hombres.

Es una mujer de bandera. La enseño, orgulloso, ante todos los amigos, ante el mundo. Es un magnífico trofeo, una de esas mujeres que tienes la obligación de enseñar para que todo el mundo admire tus logros, tu gran logro.

Es cruel. Porque promete amarme y va con otros. Porque me dijo que me llevaría a lugares pasados, a recuerdos maravillosos, a la dulce infancia… y no, no lo hizo. Porque incumple las promesas que aún hoy me sigo creyendo, es muy cruel.

Es lasciva. Porque busca mi sexo como el de otros. Porque le da igual excitar a uno que a cien, a hombres o a mujeres. Desborda erotismo por cada poro de su piel y lo sabe. Es capaz de hacer que cualquiera llegue a un clímax erótico y quiera más.

Es mía. Como siempre lo ha sido, como siempre lo será. La quiero, la deseo y la amo por todo lo que es y lo que puede llegar a ser. Por sus promesas incumplidas y por las que en ocasiones cumple. Por ser una hermosa y mentirosa mujer de bandera que me mira con sus etéreos y profundos ojos, mientras provoca en mi una tremenda lascivia y unos crueles celos de cualquiera que la mire como yo.


domingo, 23 de noviembre de 2008

Amigos. Que majos.

Hablar de los amigos nunca es fácil, ya que escasean.

Escasean los buenos amigos y no existen los amigos perfectos. Porque no lo neguemos, los amigos son perfectos hasta que dejan de serlo.

Un día tu fiel amigo o amiga se te falla de manera estrepitosa. No sólo eso, sino que te falla un día y una semana después te vuelve a fallar.... que putada!

Es una mierda, es escoria, con todo lo que tú has hecho por el, cómo se atreve? acaso no valen de nada todos estos años? acaso las noches en pie escuchando sus penas no cuentan?... dónde están los abrazos, los secretos y las confesiones?... dónde quedaron vuestras risas? cómo ha podido traicionar todo eso?

Un día te das cuenta de que los amigos, o amigas son imperfectos. El alto pedestal donde los habíamos puesto ha resultado ser de cristal y no ha podido aguantar el peso de tanta idolatría, de tanta perfecta fantasía.

Menuda ostia te has dado!!

Menuda cara de gilipollas se te ha quedado!! no sabías que ese amigo, o amiga era de miga de pan, como tú. Igual de cobarde que tú ante la vida, igual de temeroso que tú ante el fracaso. Con un miedo atroz a que le hieran como tú, como todos. Dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de no salir lastimado... como yo, como todos.

Saber que tu ser perfecto es tan horrible como cualquiera duele. Es, por qué no decirlo, una auténtica putada! pero una verdad como un templo.

¿Por qué son raros los amigos de toda la vida? ¿es porque no existen? ¿o porque no superan las capas y capas de dorada perfección que día a día les vamos dando?

Los amigos, aunque nos joda, no están ahí para vivir nuestras vidas. No están ahí para sacarnos siempre las castañas del fuego, o para arrimar el hombro cuando dan ganas de llorar.

Los amigos, aunque no aguante su pedestal, son imperfectos, y será mejor que te hagas con una buena provisión de Clínex porque no siempre estarán ahí para darnos uno. De ese modo, amigo lector, te ocurrirá lo que a mí, que tengo muchos amigos... y todos ellos llenitos de defectos.


lunes, 10 de noviembre de 2008

Cuando se cierra la puerta.

No sé si será egocentrismo. Cuando se cierra la puerta y 25 personas te miran fijamente esperando que les des algo tuyo. Lo que hace que te sientas importante en sus vidas y vinculado tántricamente a ellos, a todos no, pero sí a algunos...

¿Y por qué no a todos?

Pues porque no todos están dispuestos a aceptar lo que vas a contarles y hacerlo suyo, una pequeña parte de ese gran conocimiento, experiencia y profesionalidad que pronto darán a otro. No todos están dispuestos a comer de mis entrañas lo que la vida, los libro o la experiencia me ha enseñado y a dejar que yo coma de las suyas... por continuar con tan caníbal metáfora. Igual es eso.

No sé tampoco si será un mal diagnosticado e incurable complejo de Peter Pann que una fría noche perdió a sus padres y ya nunca quiso crecer. Puede ser...

Igual ellos son los Niños Perdidos y yo su Peter Pann. Al que siguen ciegamente no por su sabiduría, sino porque es el más grande de todos y por lo tanto "tiene que ser el que más sepa" ¿Será que no quiero ni estoy dispuesto a crecer?... igual, es eso.

No sé si será que la realidad me aburre y ellos me mantienen a salvo de mis propios fantasmas. Concentrado en darles lo que de mi se esperan y mucho más. Porque en esa gran pecera que es el aula, los ojos brillan y el tiempo corre de manera diferente, abrazándote y manteniéndote apartado de una vida problemática y gris. No lo sé, igual es eso!

Tampoco sé, si es por ser una bruja que atrae con sus colores y apetitosas golosinas a un grupo de chavales. A los que, como todos los años, alimenta con fantasías y juegos de artificio sus delgados cuerpos esperando que engorden y engorden para echarlos a la cazuela y beber de una juventud que ya pasó y de unas ilusiones que cada día están más lejos.

No lo sé, pero me ha entrado hambre!

Puede ser que no sea nada de lo anteriormente dicho. Puede ser que simplemente disfrute con el calor humano y dejando una pequeña, muy pequeña, huella en la historia. No en la historia mundial, no! sino en la historia personal de algunos de ellos. Igual es eso.

¿Será quizás un poco de todo lo anterior?, Que soy un gran egocéntrico con complejo de Peter Pann, que no quiere enfrentarse a la vida pero sí mantenerse joven a costa de los demás? Igual es eso!

No lo sé. No sé qué es lo que me hace disfrutar cada día de clase, ni esperar con impaciencia el momento mágico en que se cierra la puerta y el tiempo se detiene. Será todo lo anterior y nada de lo anterior. Será lo dicho y lo que quede por decir...

No lo sé, pero me encanta!

domingo, 9 de noviembre de 2008

Reorganizando ideas

Todo cambia, y no necesariamente a mejor.

Seamos realistas, cualquier cambio, por pequeño que sea, da siempre un poco de miedo, por no decir mucho. No obstante, es sano pararse, mirar atrás y reorganizar uno o dos conceptos. 

Parar a mitad de viaje y estirar las piernas, coger un poco de aire, pasear un rato sin pensar en nada o en todo al mismo tiempo para, más descansado continuar dejando atrás kilómetros y kilómetros de experiencias, amigos, amores y sueños (...)

Todo cambia, y puede que a mejor.

Igual la carretera nos trae paisajes desconocidos y lo que antes era un campo yermo sin apenas interés despierte ahora nuestra fascinación por sus cálidos colores, sus simetrías y esa montaña que asoma al fondo (...)

Parémos pues y démonos un respiro. Pensemos en lo pasado y en lo que está por llegar. Igual hacemos amigos e igual perdemos a más de uno... Lo que está claro es que el viaje que nos queda por delante es largo y no merece la pena viajar cansado, podríamos no disfrutar del camino.